Nada es comparable
desde este punto actual de vista
como aullido de lobo no oído
que proclama al viento alimento
de lo que tuvo en su boca y devoró.
Sentir rápida la pérdida
y lenta en su olvido
que abraza el recuerdo
y detona el pecho
y el suspiro en silencio
momento a momento.
Desdicha en carne
era sentirse en casa
en lo de toda la vida
que el silencio empañó
como la lágrima el papel
que se nutre de culpa y pena
de desafío de ausencia
y de gato sin ventana.
Revelar que ya no se es
con ligero atrevimiento
de batallar contra si mismo
y reconocerse extraño en la palabra.
Extraño y loco
de beso y abrazo.
Anécdotas que bombardean
escenarios que se recrean,
para reconocerlos
como parte de ti
e integrarlos
como fuerza motriz.
No hubo mas verdad
que la palabra escrita
la caricia disimulada
la sonrisa plena e inconsciente
y el amor en un paño
que lo protege y así
sin creerse que era real
hasta donde pude, morí.
Deja un comentario